Desde los siglos y edades, Dios guardó en misterio el precioso mensaje de la unión entre los judíos y gentiles que habían depositado su fe en el hombre de la cruz. De entre ambos, que antes estaban enemistados (entre ellos y con Dios), ahora, Dios los hizo uno, y no solo eso, sino que de aquellos, a quienes no les pertenecían los pactos ni las promesas (los gentiles), ahora son coherederos juntamente con Cristo Jesús. Fue a Pablo, quien a Dios le plació revelar este misterio glorioso del evangelio de Jesucristo.
¿Listos para meditar en el sermón del día de hoy? Acompáñanos, a través del libro de Efesios, capítulo 3, del 1 al 13.
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